lunes, 8 de marzo de 2010

Zombi : Guia de supervivencia. Max Brooks (33)

Zombi : Guia de supervivencia. Max Brooks (33)

7. LA BALLESTA
El poder y la precisión de la ballesta moderna pueden lanzar una saeta (flecha de ballesta) directa al cráneo de un zombi a unos cuatrocientos metros. Esta pequeña maravilla recibe el apodo de «el perfecto asesino silencioso». Es muy importante la buena puntería, pero no más que con un rifle. Recargarla requiere tiempo y fuerza, pero esto no debería suponer un problema. La ballesta es un arma de francotirador, no para parar masas. Úsala contra un zombi solo. Si hay uno más te agarrarán y te harán daño antes de que te dé tiempo a recargar otra saeta. Bastará con las saetas triangulares o con forma de bala. Para aumentar tunadamente, el tamaño y el peso de una ballesta en condiciones la convierten en un arma principal. Por lo tanto, elígela sólo cuando la situación lo permita, por ejemplo viajando en grupo, defendiendo tu casa o cuando no hay disponibles armas de fuego silenciadas.

8. LA BALLESTA DE MANO
Más pequeñas, las ballestas de una mano pueden servir como complemento de tu arma principal. Llevar una significa que siempre tendrás en la mano un arma compacta y silenciosa si la necesitas. En comparación con las ballestas más grandes, las ballestas de mano no poseen tanta precisión, poder y alcance. Usarlas supone encontrarse más cerca del objetivo. Esto no sólo aumenta el peligro, también el riesgo a ser detectado que, a su vez, anula la necesidad de un arma con silenciador. Usa la ballesta de mano con cuidado y frugalmente.

ARMAS DE FUEGO
De todas las armas sobre las que se ha hablado en este libro, ninguna es tan importante como tu arma principal. Mantenía limpia, mantenía engrasada, mantenía cargada y mantenía cerca. Con la cabeza fría, la mano firme y mucha munición, un humano es más que un simple objetivo para un ejército de zombis. Elegir un arma de fuego debe ser una ciencia exacta; hay que considerar cada variable. ¿Cuál es tu objetivo principal: defenderte, atacar o huir? ¿A qué clase de brote te estás enfrentando? ,.¿Cuántas personas, si es que las hay, forman tu grupo? ¿En qué terreno se desarrolla la batalla? Diferentes armas de fuego sirven para diferentes funciones. Casi ninguna sirve para todas. Seleccionar las herramientas perfectas significa erradicar las doctrinas convencionales de la guerra que han funcionado tan bien contra nuestros colegas los humanos. Lamentablemente, todos sabemos demasiado bien cómo matarnos unos a otros. Matar a los zombis..., esa es otra historia.

1.LA AMETRALLADORA
Durante la Primera Guerra Mundial, este invento revolucionó el conflicto humano. Su mecanismo permite la descarga de una tormenta de plomo en segundos. Esta táctica puede ser incalculable en el campo de batalla contra los humanos, pero es un desperdicio contra los muertos vivientes.
Recuerda, lo que buscas es un tiro en la cabeza: una bala, colocada con precisión. Como la ametralladora fue diseñada para el fuego masivo, necesitaría cientos, incluso miles, de cartuchos para un único tiro fortuito letal.
Incluso apuntar con la ametralladora como si se tratara de un rifle (una táctica usada por las fuerzas especiales de EEUU) es un propósito perdido. ¿Por qué disparar a un zombi una certera ráfaga de cinco balas, cuando un único uro certero de un rifle produce el mismo resultado? Durante los años 70, una corriente de opinión era partidaria de la «teoría de la guadaña»: si una ametralladora se coloca al nivel del cuello de una fila de zombis amontonados, podría acribillarlos con una ráfaga larga.
Este argumento ha sido desbancado: los gules, como los humanos que solían ser, no tienen la misma altura. Aunque algunos sean destruidos, al menos la mitad sobreviviría cerca de tu posición. ¿Pero qué pasa con el inmenso daño que causan al cuerpo estas armas? ¿No tiene una ametralladora la fuerza suficiente para partir un cuerpo en dos y hacer innecesario el tiro en la cabeza? Sí y no.
El cartucho estándar de 5,56 milímetros que usó el ejército estadounidense para la SAW (arma automática de escuadrón) posee la habilidad de partir en dos la columna vertebral de un humano, seccionar extremidades y, sí, cortar la figura de un zombi en dos. Esto, sin embargo, no quiere decir que un tiro en la cabeza no sea necesario.
Primero, la probabilidad de desmembrar a un zombi es baja y, por consiguiente, requiere grandes cantidades de munición. Segundo, a menos que el cerebro se destruya, el zombi continúa vivo (mutilado, sí, quizá incluso inmóvil, pero vivo al fin y al cabo). ¿Para qué ponerte en la absurda necesidad de tener que acabar con un montón de partes del cuerpo que se retuercen a tu alrededor y que son potencialmente peligrosas?

2. EL SUBFUSIL
El problema que presenta este arma es similar al que presenta la ametralladora: expender munición contra despachar muertos vivientes. Sin embargo, cuando luchamos en lugares estrechos, resulta útil su uso. El cañón corto hace que sea más fácil sujetarlo que un rifle y la culata plegable le da más apoyo que una pistola. Asegúrate de ponerla siempre en modo semiautomático. Como venimos discutiendo, el modo automático supone simplemente desperdiciar munición. Asegúrate también de apuntar desde el hombro. Disparar desde la cadera sólo producirá un ruido estridente y fallar el objetivo.
Una de las desventajas es la escasa precisión a largo alcance. Como el subfusil se diseñó para el combate cuerpo a cuerpo, tendrás que acercarte mucho más al zombi de lo que lo harías si llevaras un rifle o un arma de asalto. Esto, por lo general, no supondría un problema, excepto que el subfusil, como todas las armas automáticas y semiautomáticas, conlleva la posibilidad de que se atasquen mientras se usan.
A corto alcance, estarías corriendo un riesgo innecesario.
Esla única razón por la que habría que descontar el subfusil como arma principal.

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